En
la parte central del Bolsón de Mapimí se localiza
un área llamada la Zona del Silencio. El enigmático
nombre es digno de un sinfín de mitos que han surgido
en torno a la zona. El Bolsón de Mapimí, está
situado en la parte centro-norte del país, a unos 180
km al noroeste de La Laguna que tiene como ciudades principales
a Torreón-Gómez Palacio-Lerdo, que forma parte
del Desierto Chihuahuense.
La
Zona del Silencio se encuentra situada entre Durango, Chihuahua,
y Coahuila, entre el paralelo 26 y 28, en el lugar llamado Vértice
de Trino. Es llamada la Zona del Silencio porque las ondas de
radio no pueden ser transmitidas de manera normal y esto se
da sólo en algunas pequeñas áreas debido
a que existen campos magnéticos.
Alguna
vez en el tiempo, esta gran extensión de tierra estuvo
bajo las aguas del llamado Mar de Thetis, esto lo demuestra
la existencia de fósiles marinos en la zona.
También
en la Zona del Silencio, existen áreas con gran concentración
de fragmentos de aerolitos, así como especies endémicas,
como lo es el caso de la tortuga del desierto, reptiles únicos
en el mundo y de la abundancia de nopales violáceos que
deben su color a las capas que nos protegen de los rayos solares
han sido desgastadas por el viento solar; se puede encontrar
la gobernadora, la sabaneta, pastizales, ocotillos, magueyales
y cactáceas, algunas de ellas endémicas, yucas,
candelilla, nopaleras, mezquites. A su vez, se pueden observar
liebres y conejos, ratones y ratas canguro, zorros, coyotes,
y búhos. Al igual que la vegetación, los animales
sufren adaptaciones especiales que les permiten vivir en las
condiciones adversas de esta árida región.
La
Zona del Silencio es frecuentemente comparada con el Triángulo
de las Bermudas, con las Pirámides Egipcias, las Ciudades
Sagradas del Tibet, Cabo Cañaveral, todas localizándose
entre los paralelos 26 y 28 (Hunt 1984).
Pronto
surgió la versión de que justo al otro lado del
mundo, en algún lugar del Tíbet o Nepal, existía
una zona con las mismas caracterÌsticas, por lo que se
considerá a la zona como un polo donde se concentraba
la energía terrestre.
En
1978, se creó la Reserva de la Biosfera de Mapimí,
auspiciada por el programa "El Hombre y la Biosfera"
de la UNESCO, el Instituto de Ecología, el CONACYT y
otras organizaciones.
El
Instituto de Ecología da cuatro sencillas recomendaciones
para cuidar de la Zona del Silencio: